Capitulo 1: La Chica Desafortunada

La delicadas alas marrón de la polilla se movían fugaces como excitadas por la suave luz de la lámpara pegada al techo del autobús. Parecían un borrón en sepia que se desdibujaba con cada movimiento del insecto, con necia insistencia se estrellaba contra la pantalla de plástico una y otra vez sin importarle el daño autoinfligido.

Debajo de ella el autobús emitía un chirrido mecánico cada que su estructura se sacudía por las imperfecciones de la carretera. Pero eso no importaba, pues todos sus asientos estaban vacíos.

Bueno en realidad no todos lo estaban, dos eran ocupados por un pequeño niño con un listón verde adornando el cuello almidonado de su camisa blanca y una joven de dulce semblante que dormía pacíficamente en su asiento con la cabeza apoyada contra la ventana y su maleta descansando sobre sus piernas.

El niño leía atentamente un libro de cuentos que reposaba en su regazo ignorando el ronroneo del motor y los repentinos rechinidos producto del andar del camión. Mientras tanto la chica parecía inquietarse entre sueños.

¡Jennifer, Jennifer!
¡Juega conmigo Jennifer!

La joven abrió los ojos adormilada al escuchar su nombre con insistencia. Sentía su cuerpo pesado y estaba desorientada. Frente a ella vio a un niño que no recordaba haber visto al subir al autobús.

¡Lee la historia!, ¡por favor lee la historia!

Dijo el niño sin mirarla directamente a la cara. Ella se incorporó y lo observó confundida.

¿Por qué le pedía eso a ella?

Y justo cuando necesitaba tanto dormir.

Era un viaje muy largo. Las piernas se le habían entumido de tanto estar sentada y la espalda también le empezaba a doler por la incomodidad del asiento. No comprendía como después de todo había podido conciliar el sueño, tal vez era producto del cansancio inicial.

¿Qué pasa luego?

El niño le entregó el libro de cuentos como si se tratara de una ofrenda.

Jeniffer lo tomó. En la portada se leía: "La Princesita" escrito con crayones de colores y un poco más abajo se veía el dibujo de una casa rodeada de una cerca de palitos. En en el lado izquierdo se veía la costura rudimentaria de un hilo rojo que mantenía las hojas, maltrechas y manchadas, en su lugar. Definitivamente el trabajo de una mano infantil.

El chico pasó la pagina y Jeniffer descubrió que estaba en blanco.

— ¿Qué es esto? —dijo Jeniffer confundida.

Tomó el cuadernillo entre sus manos y lo ojeó con curiosidad pero por cada página que pasaba encontraba lo mismo.

Vacío

El autobús llegó a un desolado paraje. Se detuvo debajo de una farola que alumbraba un señalamiento solitario.

¿Era esa la penúltima parada?

De repente el pequeño echó a correr y salió del autobús dejando olvidado el cuaderno entre las manos de Jeniffer, que estupefacta se levantó de su asiento y corrió a la ventana de enfrente.

— ¡Espera! —gritó —. ¡Por favor, espera! —suplicó.

Jeniffer corrió y bajó del autobús sin pedirle al conductor que la esperase un momento. Era una noche fresca de otoño. En el cielo la negrura se aclaraba ante la luz de la luna. Era tan grande y tan brillante que parecía una gran gema con luz propia.

Impotente vio al niño perderse en la oscuridad de una vereda cercana. Más allá de la luz de la farola.

— ¿¡A donde vas!? —gritó la chica a unos cuantos pasos de la entrada del autobús que descuidadamente el chofer cerró dejándola afuera —. ¿¡Eh!? —exclamó, sorprendida Jeniffer al escuchar el portazo.

Volteó y al descubrir la puerta cerrada echó a correr hacia el camión pero era demasiado tarde, el autobús había continuado la marcha dejando tras de sí no solo una nube de polvo y smog sino también a la pobre Jeniffer.

Sin saber qué hacer, Jeniffer se limitó a observar el cuadernillo que la había llevado hasta esa situacíon. Lo abrió y descubrió que había unas cuantas páginas que narraban una historia a base de dibujos y algunos textos muy cortos.

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Marzo 1930

La Princesita

"Erase una vez una preciosa niña.

Su amiga, la Princesa de la Rosa Roja, estaba siempre a su lado.

Un día su papi y su mami murieron repentinamente. Y la princesa también desapareció, así que la niña se quedó totalmente sola.

Entonces la pobre niña fue enviada a una casa extraña"

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Cuando terminó de leer. Cerró el libro y volvió a observar desangelada el camino por donde había desaparecido el autobús.

De repente, la niña se quedó totalmente sola... y así comienza ésta historia. Un cuento misterioso, horrible e increíble. Sin embargo, la joven, Jeniffer, no tenia otra opción más que rendirse ante el inquietante aprieto... Oh que chica más desafortunada.


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